Al elaborar este blog descubrí que requería de un espacio amplio para poder abarcar todo lo que consideraba importante decir, lo que lo convierte en un escrito demasiado largo para un solo blog. Es por ello que decidí dividirlo en 3 partes. Les comparto aquí la segunda parte, y la primera y la tercera las encontrarán en otra sección del blog. (Ver primera parte aquí)
Quisiera dejar claro que mi conocimiento sobre las Terapias Centradas en el Sentido no es amplio, ya que el área de mi especialidad es la Terapia Existencial-Fenomenológica. Ofrezco disculpas por cualquier mala comprensión de mi parte hacia este otro importante modelo de terapia, y agradezco a mis amigas y colegas: María Villalobos y Adriana León Portilla, por los comentarios que me realizaron para poder ser más puntual en este escrito. Sus comentarios me facilitaron tener una perspectiva más amplia, y espero un poco más precisa.
Es importante no olvidar que, las diferencias aquí señaladas, no intentan colocar un enfoque por encima del otro, ni hacer mención de una postura mejor que la otra.
Segunda diferencia: La forma de entender lo humano.
Para la antropología de la Logoterapia, el ser humano es tridimensional, ya que incluye aspectos como SOMA (cuerpo, o dimensión biológica), PSIQUE (mente, o dimensión psicológica), y NOUS (espíritu, o dimensión espiritual).
Mientras que, para la antropología de la Terapia Existencial, el ser humano es tetra-dimensional y cada una de estas cuatro dimensiones es una relación-con-el-mundo-y-con-otros.
Las dimensiones que contempla la perspectiva existencial-fenomenológica son:
1) la relación del cuerpo con el mundo físico y con otros cuerpos,
2) la relación de nuestras emociones con el mundo social y con nuestra vida en general,
3) la relación de nuestras ideas y pensamientos con el mundo y con nosotros mismos,
4) la relación de nuestros valores, creencias y la construcción de significados, con los marcos de referencia ideológicos, y el mundo en general.
Para la Logoterapia es la tercera dimensión (la espiritual, según su marco antropológico), la más característica de lo “humano”, y de cierta forma íntegra a las dos dimensiones precedentes (la biológica y la psicológica); las dos primeras son fácticas, y la tercera es facultativa. Mientras que para la Terapia Existencial-Fenomenológica, ninguna de las cuatro dimensiones (las cuatro dimensiones mencionadas según su marco antropológico) integra a las demás ni es la “propiamente humana”. Para este enfoque, lo propiamente humano es la ínter-relación constante de estas cuatro dimensiones con-el-mundo. Ninguna de las dimensiones es más importante que las otras, ninguna más humana que las otras, y ninguna es independiente de las demás. Así mismo, no entendemos las cuatro dimensiones ni como fácticas ni como facultativas, sino procesuales e interrelacionales, en el sentido de que se van co-contrsuyendo, de manera inter-relacional y relacional con el mundo y con otros a cada momento. Para la perspectiva Existencial-Fenomenológica, el cuerpo es tan espiritual como las emociones y nuestros pensamientos; lo emocional es tan corpóreo como nuestros pensamientos y nuestro sistema de valores; lo psicológico es completamente social, físico, emotivo y espiritual; lo corpóreo es social e ínter-relacional, tanto como lo emocional, mental e ideológico y espiritual; y todas las demás combinaciones posibles.
Si consideramos cualquiera de las dimensiones más humana que las otras, seguimos apoyándonos en una cosmovisión Cartesiana, desde la cual es posible dividir una dimensión de otra (por ejemplo, la división entre lo físico y lo mental, o entre el cuerpo y el espíritu). La postura Existencial-Fernomenológica intenta desarrollar una cosmovisión post-Cartesiana que no divida nuestra humanidad, donde cada una de las dimensiones se encuentra presente en todas y cada una de las demás. Por esta misma razón, para esta perspectiva es tan importante el trabajo con el sentido, como el trabajo con las sensaciones corporales; tan relevante el trabajo con la experiencia de sí mismo, como la atención a las relaciones interpersonales y a la relación terapéutica.
Tercera diferencia: Cartesiana vs post-cartesiana.
También podríamos decir que la propuesta de la Logoterapia, al menos inicialmente, parte de una mirada esencialista sobre el ser humano, una perspectiva que intuye una cierta “noodinamia” en la persona, la que puede describirse como una permanente tensión entre lo que soy y lo que debo llegar a ser (o aquello a lo que me encuentro llamado desde un a priori esencial). Mientras que, para la propuesta Existencial-Fenomenológica, no hay un a priori que pueda definirse, ni tampoco que establezca una tensión entre lo que vamos siendo momento a momento y algo que, supuestamente, debemos llegar a ser.
En la perspectiva existencial, cada uno de nosotros va construyéndose a partir de la red Relacional de la que vamos surgiendo.
La tensión ocurre entre la experiencia-del-mundo, que se sigue renovando momento a momento, y las experiencias previas que se han sedimentado, para darnos una sensación de coherencia y orden en nuestro mundo.
Cuarta diferencia: Individual vs Relacional.
Otra diferencia, es que la Logoterapia parte de una perspectiva del ser humano, que pone el acento en la conciencia que la persona tiene (o puede desarrollar) sobre sí misma, a manera individual, mientras que la Terapia Existencial-Fenomenológica parte de una perspectiva relacional: poniendo énfasis en que la persona está hecha de relaciones con su mundo, con los demás, y consigo misma.
En otras palabras, la primera concibe la importancia de los vínculos humanos desde un paradigma donde las relaciones surgen en un segundo momento, a partir de las posibilidades del individuo de auto-trascendencia; mientras que la segunda se fundamenta en el paradigma relacional.
El paradigma relacional: una cosmovisión que considera a la persona como emergente de una red de relaciones, siempre presente.
Para la mirada relacional, estamos hechos de relaciones, y todo lo que somos surge siempre de la red relacional con el mundo y con los otros. En este paradigma, no pensamos que necesitamos de auto-trascendencia o que tenemos la posibilidad de construir relaciones, sino que no hay alternativa, siempre estamos auto-trascendiéndonos, ya que siempre surgimos en un movimiento que nos lleva más allá de nosotros mismos, donde las relaciones nos construyen a nosotros, y no a la inversa. (Martínez Robles, 2012).
En nuestra cultura occidental contemporánea, es nuestra manera de relacionarnos la que crea la fantasía de la individualidad. (Hernando, 2012).
Una forma como se manifiesta esta diferencia, es la importancia que se le otorga en la Terapia Existencial-Fenomenológica al trabajo con la relación terapéutica misma, como foco de la experiencia inter-subjetiva que se desenvuelve sesión tras sesión. Los terapeutas de este modelo, hacen de la relación terapéutica parte fundamental y constante de la atención y conversación en el proceso terapéutico.
Quinta diferencia: Las orientaciones
Otra diferencia importante tiene que ver con lo que suelo llamar “Las tres Orientaciones de la terapia” (Martínez Robles, 2017):
1) Una primera orientación es a la que doy el nombre de “Clínica”, donde el principal objetivo del proceso terapéutico consiste en tratar de “arreglar”, “componer a través de la transformación”, o “curar” aquellos aspectos que se consideran enfermos o psicopatológicos en la persona.
2) A la segunda orientación le llamo “Educativa”, porque su principal interés se centra en el desarrollo de la persona. Más que pensarla desde el paradigma salud-enfermedad, en esta orientación se considera a la persona a partir de su potencialidad para el desarrollo, por lo que mucho del papel del terapeuta es la de ser un facilitador del aprendizaje, o el de una especie de "partera", facilitando que aquel potencial que la persona ya posee, muchas veces sin saber que lo posee, se manifieste.
3) Y la tercera orientación a la que llamo “Exploratoria”, en la que el único objetivo de la relación terapéutica consiste en acompañar al consultante en la exploración, descripción y clarificación de la experiencia del consultante, para promover el acercamiento a la comprensión de esta, y de su existencia como ser-en-el-mundo.
Aunque existen logoterapeutas y terapeutas existenciales que trabajan desde cualquiera de las tres orientaciones, en mi experiencia compartiendo en congresos y simposios internacionales con estos profesionales, he visto que hay una cantidad importante de logoterapeutas que se desempeñan primordialmente desde la Orientación Educativa, mientras que para los terapeutas Existencial-Fenomenológicos resulta importante permanecer a nivel de la Orientación Exploratoria, lo que produce dos enfoques para la terapia, con objetivos distintos.
En la siguiente parte continuaremos reflexionando sobre las diferencias entre estos dos enfoques de la terapia. ¡Espérala!
Referencias:
Hernando, A. (2012) La fantasía de la individualidad. Madrid. Katz editores.
Martínez Robles, Y.A. (2012) Terapia Existencial. Teoría y práctica relacional para un mundo post-Cartesiano. Volúmen 1 Fundamentos teóricos. México. Círculo de Estudios en Psicoterapia Existencial.
Martínez Robles, Y.A. (2017) Terapia Existencial. Teoría y práctica relacional para un mundo post-Cartesiano. Volúmen 2 Principios prácticos. México. Círculo de Estudios en Psicoterapia Existencial.
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