Este es un link al video del Dr. Mate que propició una serie de reflexiones y diálogo entre el profesor Emilio Romero y yo, y que consideré lo suficientemente interesantes como para compartirlos por aquí. Espero que a ustedes tambien les parezcan interesantes. De cualquier manera, pongo el video aquí mismo.
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Música “Off the Map”
de FRAGMENTS
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En lo personal, los orígenes de mi formación son desde una o.clínica desde el marco de la nosología y psicopatología clásica, que he ido modificando de acuerdo a los conceptos a los que refieres.Tendré nuevamente la oportunidad de participar y compartir en el círculo esta propuesta de o. exploratoria, donde poder practicar y profundizar sobre estos aspectos. Es indudable que lleva tiempo, junto a un considerable proceso de asimilación, los cambios de paradigmas suelen ser complejos, no estando exento de riesgos.
Afectuosos Saludos.
Gracias por este debate y profundo aprendizaje entre maestros, a quienes vengo prestando relevante atención. Un privilegio que compartan estos intercambios, siendo primordiales referentes contemporáneos- latinoamericanos, para quienes estamos en permanente formación y a veces con escasa posibilidad de intercambio, en el ejercicio particular de la terapia fenomenológica existencial. Escuchando el relato del Dr. Mate y siendo norteamericano, me resulta relevante que se vuelva a insistir en la locura como emergente social. Siempre vale la pena volver a Foucault, en "vigilar y castigar" sobre la institucionalización y capitalización de la locura en al sociedades capitalistas occidentales. En cuanto a los conocimientos de psicopatología, considero que en mi formación profesional me resulta imprescindible cuando se trabaja con una población variada. Donde además. no se dan las condiciones o el contexto ideal, de una comunidad que pueda sostener las desavenencias de una persona que sufre las consecuencias de desadaptación social. Cuando hay una predominancia de rasgos esquizoides (califiquese como esquizofrenia, t.bipolar,) o en el caso de una clara sintomatología de ansiedades, donde la linea entre tristeza y depresión es resbaladiza, considero que la lectura y detenimiento en estos temas complementa la formación por parte del terapeuta. Ya sea para decidir trabajar con ello o derivarlo a profesionales pertinentes donde la farmacología, es un paliativo necesario para el alivio del sufrimiento humano. Algo así, le sucedería por ejemplo a un médico clínico cuando se encuentra con una sintomatología que es de competencia para un cirujano. Acuerdo con que el diagnostico que encasilla y es de por si anti-fenoménologico (?). Al mismo tiempo comprendo y aplico que una actitud fenomenológica existencial , desde una epistemología pos-cartesiana, habilita si me permite el Dr.Yaqui, a una apertura desde dónde pensar y transformar la psicopatología tradicional. Encuentro en la escuela mexicana, un aprendizaje permanente de la fenomenología como conocimiento vivo y experiencial que enriquece mi trabajo como profesional. Alego y comparto al mismo tiempo, la importancia de considerar los aspectos psicopatológicos,en la formación del terapeuta, con la finalidad de tener las herramientas necesarias para la comprensión en el encuentro entre cliente y terapeuta. "yo soy yo y mi circunstancias", expresa Ortega y Gasett. De todas formas pienso que si el terapeuta está capacitado como fenomenólogo para asumir esta competencia de diferenciar estos aspectos en el trabajo relacional, por el contrario puede aliviar a aquellos pacientes, en una gran mayoría, que vienen con el aliciente de dejar el consumo de medicamentos, a veces de toda una vida.
Los matices que pueden ser riesgosos a mi entender quedarían solventados, si se tiene presente el cuidado de la locura sostenida por una comunidad, y la otra locura .La locura que queda a la "deriva" y restringida al mundo del terapeuta y el sostén de su equipo de psiquiatras competentes. Es indudable el abuso farmacológico que hay en la actualidad para el tratamiento del sufrimiento humano. Coincido con que estos espacios requieren del debido tiempo, esperando que sigan compartiendo reflexiones, que tanto enriquecen nuestros quehaceres.
Cordiales Saludos!
El diálogo Yaqui-Emilio establecido me parece muy interesante como interesante la opinión del Dr. Mate. Precisamente, escuchando su opinión me he permitido parafrasearlo en un comentario que inserté en facebook.porque tenía pendiente una respuesta a un grupo y me ha resultado útil. En cuanto a la opinión de Emilio acerca de poder dialogar sobre este tema en el próximo Congreso Mundial de Psicoterapia Existencial lo considero poco probable. En un congreso de este tipo se exponen decenas de trabajos y el diálogo únicamente se produce en privado, almuerzo o desayuno por medio. Pero ojalá ese diálogo entre Yaqui y Emilio se produzca o continúe aquí según el convite realizado. Un saludo cordial
Comentario de Emilio Romero:
"La comprensión fenomenológico existencial que buscamos subraya las diferencias de apreciación y vivencia, justo para mantenernos abiertos a nuevos significados, y para poder confrontarlos de manera atenta. Es una comprensión que busca ser respetuosa, pero no necesariamente empática." Ok, buen amigo, ahora sí que comenzamos a entendernos; ahora nos aproximamos a un trabajo tal vez bastante similar; No noté estos aspectos en el caso que tu presentas en tu libro, mas ahora entiendo que tambien DUALOGAS con tu cliente,es decir, tanto tienen puntos convergentes como divergentes, de sonrisas amistosas y de posiciones de confronto. Como los dos estamos haciendo ahora. Además entiendo que usas el trabajo gestáltico que implica el trabajo con el cuerpo,la silla vacía y otros recursos colocados por el viejo Perl. Es dialogando que vamos entrando en el mundo de otra persona una vez que esta se tira sus máscaras y sus defensas protectoras. Cordialmente, siempre.
Ahora, en cuanto a las preguntas de Vanessa, creo que aquí el único que corresponde a responderlas es el mismo Emilio, así que esperemos a ver si se anima a responder por aquí.
Lo que puedo decir por mi parte, es que las supuestas "críticas" son en realidad descripciones de algo posible y quizá promotor de un buen desarrollo para cualquier proceso terapéutico:
1) Creo que toda terapia, independientemente de su marco teórico de referencia, para funcionar de la mejor manera, debe ser una "terapia de buenas intenciones". ¿Te imaginas lo desastroso que podría ser una terapia donde la terapeuta no tenga "buenas intenciones hacia su paciente o hacia la terapia misma? O ¿una terapia donde el paciente no tiene buenas intenciones hacia su propio proceso? (Este último caso se ejemplifica precisamente en una novela de Yalom: "Desde el diván", donde una de las pacientes del terapeuta Julius no tiene muy buenas intenciones que digamos hacia la terapia. Con todo, al menos en la novela, las buenas intenciones del terapeuta parecen haber tenido un "efecto poderoso" en la situación y experiencia de dicha paciente).
2) Es también muy posible que, para que el proceso terapéutico fluya de formas armoniosas y enriquecedoras para los participantes, sea valioso que exista una "mutua simpatía", aunque no es indispensable. De hecho, una parte importante e interesante de un proceso existencial-fenomenológico está también en explorar conjuntamente cómo se desarrolla la relación terapéutica. ¿Qué fomenta una relación de mutua simpatía? ¿Qué la obstaculiza? ¿Qué promueve las diversas posibilidades? Etcétera.
Hola Vane! y Bienvenida a la conversación.
Me parece que el comentario de Emilio tiene como contexto mi respuesta a un comentario de John F. Zapata, donde este último comenta que una postura no psicopatológica es muy difícil hoy en día para la psicología o para los sistemas que desean encajar en la mirada del sistema social, político y económico. Te pongo aquí mi respuesta que creo motivó el primer mensaje de Emilio, para que tengas mayor contexto:
Lo que puedo decir es que no todos los campos del saber “quieren encajar en un sistema social, político y económico”; de hecho, la perspectiva fenomenológica existencial se reconoce parte del sistema, y no fuera de él. Es una parte que, desde adentro del sistema mismo, promueve transformaciones y la posibilidad de sostener perspectivas diferentes. Esto es algo que cada vez más se escucha en todo el mundo: la importancia de dar voz a las diferentes versiones, de reconocer que en nuestro mundo la “mayoría” está formada por múltiples minorías. Dices que la psicología “no está preparada para desligarse del paradigma científico”, pero no es esa mi experiencia, yo veo que cada vez más hay voces que se inclinan por caminos distintos. Voces que desde múltiples campos se desarrollan para promover otras formas de acercamiento a la existencia humana. Así es como nació el psicoanálisis, la psicología humanista, la psicología existencial, la tercera ola de los conductistas, los transpersonales, los corporales, los sistémicos, los narrativos, los posmodernos, y un muy largo etcétera que ni mi memoria ni el espacio alcanza a abarcar. Entonces, en esta línea, la fenomenología existencial y hermenéutica no solo no está sola, sino que ademas camina muy bien acompañada.
Confieso que me perdí un poco entre el video (cuestionar la psicopatología) y la crítica al libro de Yaqui como terapia de tomar el té. No entiendo qué pasó en el camino, y en medio de estar tan perdida, me surgen preguntas quizás igual de perdidas... ¿Una terapia que cuestiona la psicopatología, es de mutua simpatía? Para Emilio, ¿ser fiel a las categorías psiquiátricas significa hacer terapia "de verdad" , o por lo menos, no equiparable a tomar el té? También me confundo con la opinión de Emilio, porque en mi opinión es bastante despectiva, y no termina de explicar por qué la terapia del libro es de buenas intenciones. Creo que lo que menciona en el primer comentario, sobre ser despectivo con las personas y las categorías psiquiátricas, lo hace él sin usar nada de la psiquiatría en el segundo comentario. Me quedo muy curiosa por entender más el punto de vista de Emilio, quisiera entenderlo y que igualmente yo no caiga en asumir juicios despectivos o injustos o cualquiera que no se apegue a una falta grande de entendimiento. ¿Cómo es una terapia que no tenga buenas intenciones, y por qué califica así a Yalom y a Yaqui? Gracias Yaqui por compartir.
Mi respuesta: Pues querido amigo, ahora si estoy bastante en desacuerdo con tu apreciación. Para empezar, no comparto tu manera de simbolizar mi "conducta como terapeuta" como la de un: "acompañante de 'buenas intenciones', de mutuas simpatías". Ni yo ni mi paciente concordamos con dicha descripción (es parte del proceso fenomenológico existencial que practico, realizar frecuentes evaluaciones del proceso y la relación terapéutica junto con mi paciente, y ninguno de los dos tuvimos esa impresión). Lejos de ello, describimos el proceso como una serie de encuentros confrontantes y confrontadores, donde en muchas ocasiones estábamos en franco desacuerdo, y donde analizamos juntos las diversas y divergentes formas que teníamos de significar y de experimentar los asuntos sobre los que reflexionamos juntos. Aunque por supuesto que en muchos momentos del proceso experimenté buenas intenciones hacia mi paciente y su proceso, así como también experimenté simpatía hacia él -como suele ocurrirme con muchos de mis pacientes-, pero no creo que sea algo que pueda ser descrito como "sobre todo".
De igual forma, no veo el proceso que mantuvimos en la misma línea de lo que Rogers proponía, ya que en ningún momento hubo la intención de tener una consideración positiva incondicional, ni siquiera una comprensión empática. La comprensión fenomenológico existencial que buscamos subraya las diferencias de apreciación y vivencia, justo para mantenernos abiertos a nuevos significados, y para poder confrontarlos de manera atenta. Es una comprensión que busca ser respetuosa, pero no necesariamente empática.
Por otra parte, Yalom es un terapeuta que es muy apreciado, admirado y respetado por mí y por muchos de mis colegas del Movimiento Mexicano de Análisis y Terapia Existencial, más no por que al día de hoy sigamos del todo sus propuestas o estilo (que actualmente difiere bastante del estilo que intentamos desarrollar en nuestra propuesta), sino por ser parte importante de nuestra historia y ser un personaje con quien siempre estaremos agradecidos (de hecho, dentro de poco realizaremos un homenaje en su honor).
Sin embargo, la descripción de la terapia como "hora de tomar una tacita de té" me parece, además de inadecuada, enormemente desafortunada, ya que raya incluso en lo despectivo. Los encuentros terapéuticos fenomenológico existenciales (como los que vivo regularmente con mis pacientes), están lejos de ser "momentos relajados", son más bien una atmósfera de atención alerta a la construcción de significados, a los procesos inter-relacionales, y a la manera como la existencia se va desplegando a través del análisis compartido de las experiencias. Momentos que intentan mantenerse abiertos al suspenso del misterio que van siendo cada una de las personas (dasein) que se encuentran para eso llamado Terapia Existencial.
Entonces querido amigo, creo que aquí estamos hablando de situaciones muy diferentes.
Comentario de Emilio Romero: Hasta donde pude apreciar en el caso que presentas en tu libro sobre Terapia post-cartesiana tu conducta como terapeuta fue sobre todo de un acompañante de "buenas intenciones", de mutuas simpatías. Son posiciones que un Carl Rogers talvez aprobaría sin restricciones y que Yalom que uno de los líderes más citados de la psicoterapia existencial en norteamérica consideraría como la "hora de tomar una tacita de te": basta leer la manera de actuar con sus clientes en el caso Yalom
Mi respuesta: Querido Emilio! Esta es un área en la que nuestras perspectivas no son del todo convergentes. En general, concuerdo con el Dr. Mate, en que la mayoría de tales conceptualizaciones se tratan meramente de variaciones presentes en diferentes grados en todos nosotros, por lo menos en el ámbito de la posibilidad, dispuesta a ser activada según los diversos contextos y situaciones. Y que sea como sea que los interpretemos, es inevitable que alguna cierta ideología maquille nuestros intentos de comprensión.
Los tres grandes que tú bien mencionas, me parecen referencias obligadas, pero no para permanecer en sus análisis y propuestas, sino para ir más allá de ellos. Personalmente, me gusto la mezcla de literatura, poesía (por tu agradable uso de la metáfora), y filosofía en el libro que mencionas de tu autoría. Y con todo, yo personalmente prefiero una postura que no recurra a los diagnósticos o conceptos psiquiátricos con referente a los comportamientos y emociones. En este sentido, prefiero abrazar una actitud fenomenológica-existencial-hermenéutica, de orientación post-cartesiana. Abrazos
Comentario de Emilio Romero: Ciertamente una serie de conceptos usados en psicopatologia y psiquiatria estan contaminados de ideologi, es decir de ideias que fomentan la discriminación social y la exclusión de personas diferentes. Boa parte das palabras que usamos para desprestigiar a los otros tienden a descualificar y denegrir. Pero esto no implica que algunas condutas y vivencias que observamos en los otros y en nosotros mismos no sean reveladores de algunos desenvolvimentos caracteriales sintomáticos. Sintoma somáticos son facilmente detectables, en general; lo sintomático no plano dela personalidad (piense en la personalidad psicopática, que es muy conocida) y en las conductas persistentess (caracteriales) también de ser entendidas como sintomáticas de determinados conflictos ou por condicionamentos que malogran los objetivos de la persona, incluso si él no lo percibe. Binswanger y Minkovsky y Jaspers son considerados los grandes mestres de la psicopatologia existencialistas. Estos 3 autores usan los conceptos de la psiquiatria clásica sin mayores reservas,aunque luego se preocupan en COMPRENDER los fenômenos presentados por personas sintomáticas. Es lo que yo mismo hago en mi libro "El inquilino de lo imaginário", que destaca la emergencia de factores que se imponen a la personas oriundo de experiencias mal configuradas. Cordialmente, sempre.